A veces sucede que cuando dispones de una buena colección de fotos de viaje con lugares impresionantes, posibles proyectos para futuras acuarelas, cuesta decantarse por una en concreto. Es algo similar a cuando tienes delante mil platos de apariencia exquisita y dudas si la elección será acertada o si la vista engañará al paladar. Me gustó la imagen de las estatuas de los dioses mirando al infinito desde el jardín de la romántica Villa Balbianello, situada al borde del Lago de Como. Para bien o para mal esta ha sido una de las elegidas.
Saludos