Contra el azul moviendo sus azules, el mar,
y contra el cielo,
unas flores amarillas.
Octubre llega.
Y aunque sea tan importante el mar desarrollando
su mito, su mision, su levadura,
estalla sobre la arena el oro de una sola planta amarilla
y se amarran tus ojos a la tierra,
huyen del magno mar y sus latidos.
Polvo somos, seremos.
Ni aire, ni fuego, ni agua sino tierra,
solo tierra seremos
y tal vez
unas flores amarillas.
Pablo Neruda/ Oda a unas flores amarillas
Dedicadas a Sandra, mi buena amiga a quien le encanta el color amarillo.