Para esta entrada he copiado un poema de Angel María Garibay, espero que os guste.
Tengo una deuda con tu fruto, olivo,
olivo de la paz y la victoria;
quemé el placer y olvidé la gloria
y al olor de tus ungüentos vivo.
Tuya es la unción con que poder recibo,
tuyo el germen que guarda mi memoria:
al llegar a la vida transitoria, o al partir,
unjo al hombre fugitivo.
Hojas, espadas que besó la luna,
copa florida, que a la abeja mieles das
y al doliente, trepidante abrigo
Amo la suavidad de tu aceituna
más que palmas, y mirtos y laureles,
árbol de Palas y de Cristo amigo
2 comentarios:
Preciosas acuarelas,disciplina difícil....
Gracias, América. ¡si yo te contara de mis frustraciones con el agua y el pigmento!...
Un saludo
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